Este pasado fin de semana se ha celebrado en Burgos el VI encuentro estatal de Andando, la federación de viandantes que agrupa la cada vez más entidades que trabajan la movilidad (casi) universal y que quieren situar en la agenda política de sus respectivos ámbitos territoriales y a nivel comunitario y estatal los desplazamientos a pie por encima de otras políticas que han llevado a que durante décadas se haya gobernado pensando más en clave motorizada (básicamente el coche y la moto, ésta última más acotada en las ciudades de Barcelona y Madrid y sus respectivas áreas metropolitanas) que en la lógica humana, aquella que no solamente coloca sino que prioriza al ciudadano y sus desplazamientos a pie por delante del interés cada vez más colonialista de la industria del motor.

Vista de la sala en el edificio de viajeros de la estación de tren de Burgos actualmente fuera de servicio.
Excelentemente organizado por la joven asociación local –fundada en 2016-, Andando Burgos que hizo de anfitriona, con el sobrenombre de hablar, la jornada matinal del sábado 17 sirvió para acoger las distintas ponencias que ilustraron sobre aspectos diversos vinculados al caminar y la accesibilidad, tratando puntos como la seguridad vial, el calmado de tráfico, el uso de la bicicleta y el transporte público, la intermodalidad, la importancia de las zonas verdes, la problemática de las terrazas / veladores o tendencias como el coche compartido.
Tras la correspondiente comida en un restaurante muy próximo al Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas, la jornada de la tarde sirvió para tratar de aspectos de índole interna de Andando como la renovación de cargos, la comunicación exterior con la presencia en redes sociales entre otros puntos.
La jornada del domingo –caminar- sirvió para realizar un paseo crítico por el barrio de Gamonal acompañados de un activista de la asociación local “Las eras de Gamonal” que sirvió para comentar y afinar en el posicionamiento ante aspectos diversos como el diseño vial, el aparcamiento de coches o las infraestructuras para promocionar el uso de la reina, o para afinar en el posicionamiento cuando no eliminación de los espacios dedicados al uso de la bicicleta en la acera y es que Andando ya se posicionó en su momento sobre la no proliferación cuando no pedalear -bici-a caminar.

El envejecimiento de la población española plantea importanes retos no solo a nivel de salud, también a nivel urbano.
El encuentro tuvo lugar en una de las salas recuperadas de la reciente rehabilitación del histórico edificio de viajeros de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España que dejó de prestar servicio la noche del 14 de diciembre 2008 tras la polémica operación conocida como el desvío ferroviario y que llevó a un cambio en la ubicación de la nueva terminal (Burgos Rosa de Lima) y a convertir el trazado ferroviario original en un nuevo vial para la circulación de transporte privado motorizado, bicicletas y autobuses que ha dejado un importante agujero financiero que la contabilidad creativa trata de maquillar y asignar a una administración (de la local –Ayuntamiento- a la estatal –Ministerio de Fomento- que se haga cargo de asumir los resultados de una cuestionada y dudosa operación donde lo que menos importaba era el ferrocarril y donde la especulación vinculada al ladrillo asomó sin reparo ni engaños. Y es que el resultado final ha dejado barrios nuevamente marcados por la impronta del vehículo privado motorizado por encima de los modos activos (a pie y en bicicleta) como lo muestra caminar por el sector de la Cellophane o en la zona de Villimar: la ausencia de comercio de proximidad es otro de los indicadores a tener presente. Por cierto, que todo el proceso de planificación y transformación de esa travesía urbana de 11 kilómetros recayó en el despacho helvético de Herzog & de Meuron que encontró un filón en el municipio burgalés, algo que nunca hubiera ocurrido en la confederación que tiene formas más inteligentes, cívicas, educadoras, menos costosas y menos especulativas que jugar con el ferrocarril y donde éste y el transporte público constituyen una de las cartas de presentación del país alpino.
Por otro lado Burgos ha permitido visualizar la máxima de que menos coches es mejor que más coches al haber creado una gran zona de viandantes entorno al casco antiguo (Catedral, ayuntamiento, espolón…) donde el protagonista es el rey: los desplazamientos a pie, sin lugar a dudas un gran acierto político que contrasta con la cara B del problema cuando uno deja ese espacio y se adentra en el resto de la urbe para comprobar los nefastos efectos de ese urbanismo coche-céntrico que degrada la condición humana de los ciudadanos al haber antepuesto el derecho a ciudad en primer lugar al automóvil por encima del bien común. Desde las entidades que componen Andando no se trata de ir contra el coche: se trata de bajarle los humos, reducir cada vez más su espacio e ir en definitiva a favor de los ciudadanos con el derecho a la salud por encima de cualquier otro.
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